mar
23
Hoy es mi anteúltimo día acá en mi casa y el caos es generalizado. Miro a la derecha y veo una pila de revistas y mi agenda abierta que me mira de reojo, para recordarme que tengo mil cosas pendientes todavía, un poco más alla una campera y mi piloto negro.. Si algo me pone peor que tener que irme, que las despedidas y todo eso, es armar las valijas, ordenar todo perfectamente para que entre en el espacio del bolso, el cual es 10 veces menor de lo que debería ser para llevarme todo lo que quisiera. Y así es como comienza la selección de cosas. Algunas se quedan, esperando mi retorno y otras no las abandono ni con un revolver en la cabeza!
Lo que me espera allá es un departamento rosado, con 10cm de tierra seguramente, con las cuentas que han ido quedando debajo de la puerta por mis meses de ausencia, mis amigas con sus anéctodas veraniegas, con risas y abrazos, pero por sobretodo la facultad, que me va a encontrar más dispersa, ausente y con más ganas de estar en otro lugar que nunca..
Mientras tanto disfruto los últimos dos días como más me gusta. El fin de semana tuve visitas que me cargaron las pilas para empezar la semana y hoy tengo tarde en la casa de mi novio por su cumpleaños, donde voy a tener que saludar a la madre y al resto de los especímenes que se encuentren en el lugar con una sonrisa falsa, pero hay fiesta a la noche con mis amigas, para compensar.. Mañana me espera almuerzo familiar y comenzar a despedirme de todos, con risas, besos, abrazos y lagrimas, según corresponda.
Como odio esto de tener que partir, pero es tan inevitable como que siga mirando por la ventana con melancolía, deseando ver caer algunas gotas..
Vuelvo en semana santa unos días, por lo que la exageración se está volviendo extrema, lo sé.
Lo que me espera allá es un departamento rosado, con 10cm de tierra seguramente, con las cuentas que han ido quedando debajo de la puerta por mis meses de ausencia, mis amigas con sus anéctodas veraniegas, con risas y abrazos, pero por sobretodo la facultad, que me va a encontrar más dispersa, ausente y con más ganas de estar en otro lugar que nunca..
Mientras tanto disfruto los últimos dos días como más me gusta. El fin de semana tuve visitas que me cargaron las pilas para empezar la semana y hoy tengo tarde en la casa de mi novio por su cumpleaños, donde voy a tener que saludar a la madre y al resto de los especímenes que se encuentren en el lugar con una sonrisa falsa, pero hay fiesta a la noche con mis amigas, para compensar.. Mañana me espera almuerzo familiar y comenzar a despedirme de todos, con risas, besos, abrazos y lagrimas, según corresponda.
Como odio esto de tener que partir, pero es tan inevitable como que siga mirando por la ventana con melancolía, deseando ver caer algunas gotas..
Vuelvo en semana santa unos días, por lo que la exageración se está volviendo extrema, lo sé.